Espacios Azules para la minería chilena

Durante el presente siglo se ha generado abundante evidencia científica respecto al bienestar en los seres humanos que generan los cuerpos de aguas, ya sean naturales o artificiales. Así, haciendo una analogía con las áreas verdes, dichos cuerpos que pueden ser lagunas, embalses, ríos, piletas, piscinas y otras fuentes hídricas; han sido denominados como “Espacios Azules”, registrándose variados reportes sobre sus positivos impactos en la salud mental de los trabajadores que acceden a estos bienes.

Sin embargo, en la minería chilena donde se reclama por la calidad y cantidad de elementos ambientales hedónicos, no existe una oferta de Espacios Azules que se ajuste a su propia geografía tanto natural como cultural para que contribuyan a elevar el bienestar de la dura vida de campamento. Ante ello, considerando la importancia de la gestión del ecosistema como incidente del bienestar y el creciente déficit de agua agravado por el Cambio Climático, resulta útil que la minería nacional a rajo abierto considere la disposición de estos cuerpos de agua en virtud a la tecnología disponible para provecho de sus propios trabajadores sin perjuicio de las externalidades positivas.

¿ Cuáles son los impactos positivos ? Los Espacios Azules como cuerpos de agua generan beneficios desde un punto de vista físico y biológico. Dentro de los primeros destaca la amortiguación térmica debido a la capacidad calorífica del agua donde una masa de este vital compuesto suaviza las olas de calor y con ello reduce la molestia en las personas durante las horas más cálidas de la jornada laboral. Dentro de los impactos biológicos para los seres humanos están todos aquellos propios de su trayectoria evolutiva como primate, donde la presencia conspicua de agua reduce el estrés y e incentiva la actividad física.

También los cuerpos de agua propician la proliferación de flora y la llegada de fauna, enriqueciendo la biota y paisaje de entornos semiáridos. Los efectos físicos y bióticos actuado por sí solos o de manera combinada, generan además un efecto comercial donde la evidencia empírica muestra que un predio con un cuerpo de agua o simplemente con una vista hacia él, incrementa considerablemente su precio respecto de otro que carece de tal cualidad hídrica.

¿ Cómo se gestionaría el agua ? Actualmente el agua utilizada en los procesos mineros es tratada y reincorporada al sistema productivo, pudiéndose destinar una fracción de tal reciclado hacia una depresión ya existente o hacia otro contenedor especialmente habilitado para formar el Espacio Azul.

Así los Espacios Azules en la minería chilena cambiarán el rostro de esta industria, generando ecosistemas laborales más gratos y aportando además valiosos componentes al ecosistema nacional.

Autor: Lucio Cañete Arratia, Académico del Departamento de Tecnologías Industriales de la Universidad de Santiago de Chile

Fuente: Revista G&M GESTIÓN MINERA